Me gustan las lágrimas de alegría,
las perlas de ilusión,
los ojos que, chispeantes,
manifiestan estados anímicos.
Me encantan las voces del agua,
los bailes del mar a la luz de la luna
visto desde una terraza de agosto,
amenizada por la gravedad de un saco
y la sutileza aguda de un violín.
Me fascina el bosque,
el ruido juguetón de los pájaros,
siempre en estado de perpetuo festejo.
Me place la brisa natural del amanecer,
me gusta amanecer contigo,
por ti, sobretodo por ti…
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