¿Qué tendrás que me acerco a tu vera, incluso en los sueños?
¿Qué tendrás que te procuro cerca, y te busco en la noche,
y no descanso hasta verte emerger de una rosa blanca?
¿Qué tendrás que en verte aparecer entre los pinos,
entre aplausos de gorriones y el jolgorio de las ardillas,
mi alma se estremece de emociones en perpetua delicia?
¿Qué tendrás que, en saberte,
me siento completamente lleno y la felicidad es plena, total?
¿Qué tendrás, pequeña gran mujer, que eres luz y vida para mí?
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