Llegaba puntual, sin prisa,
bajaba de su bici lentamente,
cogía sus cosas, ocupaba su sitio,
saludaba con sonrisas…
Olía a limpio, a aquella colonia indefinida
sólo a fresca y vital esencia de rosa.
Verla era un espectáculo, la prudencia al poder,
la discreción, la mejor naturalidad,
la belleza en estado puro y primaveral.
La miraba, la miraban, se hacía mirar,
se hacía querer, la quería mucho,
sin remedio, sin querer queriendo…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada