Desde la penumbra, una voz...
cálida, sugerente, segura.
Parece la voz de la conciencia,
me cuenta que también fue profesor,
y me habla de los alumnos, y de los padres,
y sobretodo de que nuestro menester...
va más allá de la competencia del trabajo.
Le explico que solía abstraerme,
y que, en un momento dado,
solo pensaba en lo que era,
o al menos así lo creía,
lo mejor para el alumno.
Desde la penumbra, mi conciencia...
me cuenta que hice lo posible, a veces más,
y alguna otra quedé en el intento…
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