Nunca el alcohol fue solución de nada,
simplemente, un problema añadido,
pero, hoy, en un complacido de nostalgias,
después de un buen café, y en soledad,
de aquellas sin compañía, ni utopía,
me he tomado un whisky, sin hielo,
un Chivas Regal, Aged 12 Years...
Y resulta que en lugar de acudir,
al rescate de los precipicios insalvables,
me he visto por los aprecios lúcidos,
de la medida y el juicio y la luz...
Siempre hay un tiempo y un porqué,
también un “desbrillo” al sol,
si haces un mal uso de las delicias…
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