Llevo tanto asfalto acumulado de tiempo,
que cuando llego al pueblo y huelo a barro,
y jugueteo con el lodo de las calles,
y me enfango en el huerto,
allá por donde los aromas son naturales,
me siento feliz, como devuelto…
a la vida manual de la materia prima.
En mi tierra del Delta del Ebro,
cuando el arroz va madurando
y las espigas se ponen de rubio imponente,
huele a paja vieja y a agua estancada,
y a fango preñado de nutrientes…
Olor que me encanta…
...allá por mi pueblo querido.
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