José María García, periodista, rey de la noche deportiva, solía decir que el halago debilita, pero uno tiene claro que la carne es flaca y a todos nos gusta que nos debiliten con flores. Hoy me siento como bien… me han dicho y me han llegado buenos decires, palabras música, regalo para oídos finos y agradecidos como el mío, un suponer. Me han dicho que mi barba tiene grises de ensueño, por no hablar de que otra más osada mentaba las sienes plateadas del famoso tango. Y yo pensaba… y si fuera alto sería irresistible, como dijeron otras voces en mi juventud cercana.
Ahora que, como diría un amigo, somos catedrales bien conservadas, hay algunos que se leen mis cosas, y me cuentan que lo ven espontáneo, repentino, diáfano, incluso a veces original, cuando yo sólo miro y pongo y plasmo lo que veo y, a veces, lo tiño de hermosura, el hecho, que no mi palabra justa y atinada para la belleza poética. Hoy me han dicho que salga y que vea, y que lo ponga al natural en el teclado cómplice… Hoy, mi poeta actual referencia, Don Antonio Pérez, ha entrado en mi blog y dice que lo hará más veces, que lo encuentra interesante. El halago debilita… Hoy estoy muy débil…
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