Y mi madre habló con el carpintero,
y me hizo una carretilla hermosa,
con rueda de madera… y la pintó,
con la ilusión y el arte amigo…
Y al año siguiente se perdió la cosecha,
y no hubo pelota, y se repintó la carretilla,
y se escondió el carbón…
Y el amor fue como siempre o más,
y los abrazos quemaban de placer,
y la paz y el amor se regocijaban
por entre lo más recóndito de la humildad,
y la verdad se llenaba de gloria
por el simple hecho de estar bien y juntos.
Día de Reyes, presentes...
y recuerdos felices.
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