Llegaste cual primavera jovial
sorprende un verano ocioso y cansino,
como un agua fresca en el calor,
como una lluvia fina de caricia…
Apareciste cuando el sol, a pasos,
se llenaba de claroscuros,
y la vida estaba en reposo y peligro…
Tu presencia, un verde virgen,
una aparente timidez con ojos,
un brote tierno… pero sano y firme,
fue un principio de belleza en mi alma…
Después, afortunadamente,
el tiempo a ti no te madura…
eres hoja verde que desprende, feliz,
mi oxígeno vital…
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