El arbolito, de tronco ya considerable,
lo han dejado como un cucurucho,
esfera casi perfecta de hojas verdes…
Me acerco y veo cortadas sus ramas,
podado para darle esta forma redonda.
No digo que no quede bonito, original,
pero no puedo abstraerme
del seguro sufrimiento del árbol,
que en su estado natural,
tendría su propia belleza…
Diciendo esto, pienso en mi prima,
cuando con veinte años, preciosa ella,
la vi que se pintaba la cara
y no sabía qué ponerse encima…
Le dije que fuera desnuda,
mejor belleza… ¡imposible!
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