Una calle del Oeste con viento y polvo,
restos de un matorral, arrastrados,
papeles, melenas al viento, risas.
El Salón preside, ofrece, tienta,
salen humos, chicas alegres, vaqueros.
La música, de gran ritmo, invita…
Suena a descanso del trabajo duro,
a feria, a visita obligada, tentación.
Es como la prueba de los puños,
y, a veces, del fuego y las pistolas,
el más fuerte, el más rápido…
Mientras, fuera, cerca, entregado,
un predicador suaviza y hermana…
y, allá a lo lejos, las vacas pacen tranquilas.
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