Yo vivo en los oscuros de un alma noble,
en la prudencia de una existencia flácida,
en el éxtasis de un meollo variopinto…
Yo canto los efluvios del misterio
y deambulo por las corrientes…
de los ríos de montañas altas,
allá por donde los duendes del arroyo
tejen las redes del olvido y el hogar…
Yo entresalgo de la niebla
y me presencio en el ágora,
y abrazo los presentes azaharados,
y hago historia del desprecio
y me abrazo al destino del ahora.
Yo sólo soy una realidad real…
en los tiempos mórbidos de lo etéreo…
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