Aquella línea casi imperceptible,
entre no dar la talla o pasarse de agresividad...
Aquella finura entre el silencio meditado,
prudente, o aquel que denota incompetencia...
Aquel paso adelante que da la constancia
o aquel paso adelantado que da la inconsciencia...
Aquel aviso firme y oportuno, válido,
frente a la mortificación cotidiana cansina...
Aquella presencia espontánea, de corazón,
frente a una simple llamada de móvil,
fría, quizá tardía y sin venir a cuento…
Aquel consejo que hiere, de amigo,
frente a toda sonrisa de aceptación hipócrita…
Son finas las líneas entre lo correcto y la malicia…
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