dijous, 29 de gener del 2015

Nunca es tarde

Me encandiló por entre los agravios de la insensatez…
sus ojos de gata tempranera sacudían sinrazón,
con un desparpajo que incluso parecía inteligente…
Me recordó a mis épocas de tontez profunda,
donde mi supuesta capacidad muy superior
estaba por encima de los bienes y males circundantes.
Pobre pobreza, miseria, la del que no quiere ver
y se monta una realidad a medida de su estupidez,
y siempre hay una claca que aplaude, comprada,
un espejo que miente y te engaña del todo…
Siempre hay una mañana con ducha,
que te luce y repara, te despierta y te acoge,
siempre hay un después para el orden y el sentido.
Nunca es tarde para un nuevo amanecer…

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