Cae la tarde y la nieve...
resiste a la noche del puerto,
una alarma de gaviotas en vuelo
rompe los silencios blancos,
la calma, sin frío, brilla…
Las barcas descansan atracadas
en amarre discreto al muelle,
y a merced de un vaivén de brisa,
y un rociado de harinas blancas.
Una presencia entre los nadies nocturnos,
las farolas son abrazos de luz
a pocos nadies de lo oscuro.
Cae la tarde y la nieve también,
y la blancura resiste la noche… del puerto.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada