Es aquello que dicen de la salsa...
que no pica pero, a veces, mortifica...
Recuerdo llegar con arañazos en las manos
después de ir a buscar naranjas al huerto,
o también con algún pincho clavado
después de buscar unas rosas apropiadas
y ponerlas a juego con tu aroma y color…
Recuerdo presumir de ojeras profundas
después de estar una noche estudiando
y, después, ya de profe, corrigiendo raudo,
hay evaluación mañana…
Pienso también que, alguna vez, alguna,
te regalé un silencio, una incomprensión,
porque contigo...
con aquella tu que algunos tienen,
hay arañazos que no duelen…
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