Soñé que soñaba, en mi cama tibia,
observando por la ventana que da al patio,
con una manta de escarcha matutina…
que del pino caían burbujas blancas
y, de los nidos que acoge,
se oían trinos de suaves navideños.
Escuché el canto de la gallinita inglesa
anunciando que ha puesto un huevo…
Soñé que soñaba en la paz de la nieve,
el blanco brillo de la discreción,
el sosiego de las almas en retiro…
Los rosales sin rosas ni risas,
los romeros persisten lozanos su aroma.
Patio blanco, siempre acogedor y atractivo.
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