divendres, 5 de desembre del 2014

Maestros de escuela

Me encantan los maestros de escuela,
porque sé lo que hacen cada día,
cómo piensan, cómo sueñan despiertos.
Me entusiasma mi mujer, como esposa,
como maestra… porque trae a casa
su magisterio, caricia y distinción,
de las facultades humanas del entorno.
A veces, incluso se le olvida que soy yo,
que también fuí maestro con mando en plaza
y que conozco, por mil experiencias,
las miserias y las glorias del oficio de amar,
porque… qué es sino amor la educación de los niños.
Me divierto cuando le digo a mi señora…
¡Alto, amiga, yo no soy tu alumno, ésta es mi escuela!

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