Las temperaturas rasean… también está previsto que haga viento y frío y, al calmarse las furias de Eolo, aquella calma gélida y pacífica de diciembre en proceso de congelación paralizado, proclama los tiempos navideños. Mucho se podría hablar sobre este mes que acoge hasta las adversidades más diversas, cuyos suspiros no llegan al hielo, y en el roce y en el contacto de las buenas voluntades se templa lo más destemplado. No, no es el hielo de las voluntades lo que hace el invierno, es más bien el calor de los abrazos lo que congela los malos entendidos. En Navidad, siempre hay una calma, una tregua y una Luz, y la Luz siempre da calor…
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