Aunque uno tenga sus sueños,
con los que vuela por entre el placer,
aquel que supuestamente apetecible,
le gusta lo auténtico, el suelo,
aquello bello y virgen y en origen…
Y les cuento así porque hoy
he ido a ver el río, el Ebro,
a su paso por mi huerto de padre
y del puente nuevo, río en invierno,
majestuoso, crecidito de aguas,
sin intrusos de verano nocivos,
aquello de las motos acuáticas y tal...
Algún vuelo de aves raseando,
alguna rana expectante, un sol frío,
paisaje natural con cañas y chopos…
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