El otoño nos llueve y nos ventea… Parece que, cuando me apetece bici, me regala sosiego, reparo y reflexión. No tengo mucha excusa, ninguna… al lado de mi casa tengo piscina cubierta, hermosa, con gimnasio, monitores y aparatos variados. Pero bueno… lo voy dejando, dejando. Es como aquellos propósitos de Año Nuevo, que después no cumplimos mucho pero que en un principio llenan bien. Voy de chico de recados, con paraguas, de jubilado vamos, total y absoluto. Ahora toca arreglo de barba y tal, la he dejado crecer… ¿gustan de un Papá Nöel?
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