Y en el cansancio de la disposición del tiempo,
me compré un ayer de primaveras,
de aquellas con tendencias veraniegas,
con avidez de riego y luna, sin sosiego,
y me acerqué a tu juventud a juego,
abierta a la vida cual brote tierno,
que cabalga hacia la madrugada
buscando el maná de los rocíos…
Es un sendero donde son verdes las hojas,
y las esperanzas cuelgan intactas…
Es como aquel que se va a ver el mar
y, en la inmensidad de la pantalla,
se pasa y se pasea por los principios
donde le sonrió la vida… y tú.
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