No nací colgado de un barranco,
más bien de un pueblo llano,
diseminado a su aire y encanto.
Una casa cara al sol, con era,
huerto y gallinero, cisterna, higuera,
curioso, precioso, con sentido…
Aún recuerdo una casa vecina,
de espaldas a la calle central,
Goles de l’Ebre…
Ahora, cada vez más, urbanizamos,
pero aquello tenía su gracia,
las casas miraban, un suponer,
hacia el sol que más les calentaba.
Amo a mi pueblo de ahora y siempre,
es, era, auténtico, real… y va de frente.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada