Hoy he bailado con los recuerdos,
y me he abrazado con los presentes,
días donde empieza un libro nuevo
y acaban las historias que ya son pasado.
Después del champán y el brindis,
los besos y los buenos deseos,
uno vuelve a casa y se llena
de pasado y nostalgia, de ahora,
y de la verdad cercana, real...
Uno siempre desea lo mejor al mundo,
así que hago votos para el 2015,
que todo el mundo tenga una Teresa,
y un Pere, como hijo, y una familia,
y un hogar que sea un nido de amor...
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