dissabte, 26 d’abril del 2014

Por el canto de un suspiro

Por el canto de un suspiro resbala una lágrima.
En boca, supo que era salada, la luz.
Soplo que me cuenta que lo he llorado poco…
Cuando el alma se altera el corazón late,
con retorcijos, y te enajenas fluido,
y te saltan los efluvios, resoplos,
aquellos que con esfuerzo acompasas,
y viertes de alimento a los suspiros, con lágrima...
que, en boca propia, supo que era salada, la luz.
Andares hacia arriba, hacia la cúspide.
Rodilla al suelo, cuerpo entero, al suelo…
trayecto en vertical, impulso sano.
Fuego y agua, visión y vida…
Derrota, desprecio, fondo, nada.
Silencio, soledad, vacío, inhibición…
Llóralo, poeta de las profundidades cumbre,
crea la lágrima que limpia entornos,
esclarece cercanías, diafaniza los aspectos,
volatiza las turbulencias, aclara, ilustra…
Lágrima en boca, salada, sabor luz,
para los andares nuevos, con agallas, honestos.
Lágrima que ya no es de lloro incierto,
que te exculpa en sinfonía…
Por el canto de un suspiro resbala una lágrima.
En boca supo que era salada, la luz.
Quién fuera sal y luz del mundo,
para circular con claridad y con sabor…

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