Calor

Hoy he ido de paseo por el Serrallo,
ya sabéis, por Tarragona, por el puerto,
aquel que ahora incluso huele bien,
aquel que ha perdido su encanto natural,
pero, como el amor, es patrimonio del alma.
He ido con mi mujer, la que me sufre,
la que siempre devuelve frutos mejorados,
a quien quiero por lo discreto i lo profundo,
como válvulas de escape de la inmensidad…
Hacía calor, para ir sin chaqueta y despacio,
y tomando soles para hacer morenos de piel.
Unas avionetas hacían malabares con riesgo,
la gente aplaude, las terrazas están llenas,
parece que la felicidad también pasea lenta,
cerca del mar, y se pone guapa.
Uno piensa, a veces lo hago,
y me gusta y me complazco lozano,
en el calor de los tiempos verano,
y en el calor de los roces de manos,
de los alientos cercanos, aroma.
Hierve el corazón, las almas aman,
los ambientes se atemperan, paz…
Calor de afectos sinceros y armónicos,
calor del beneplácito de tus afines,
calor del grupo, amigos, hogar…
Calor donde no sobran los abrigos,
calor, caldo de cultivo del bienestar.
Calor con el que calienta el mejor sol…