diumenge, 26 de gener del 2014

Me gustaría empezar una guerra

No me hablen de los pucheros llenos,
sólo de los miedos de todos aquellos
que los tienen por no poder llenarlos.
Se me nota mucho que soy de otros tiempos
y que hablo de ellos y nosotros,
leches y café, blancos y negros…
y es que estuvimos sometidos impunemente
a la deformación, a la ideología unidireccional,
sin explicar nunca los contras de tantos pros.
Mesas reservadas, alfombras rojas,
coronas, estanques con barcas,
yates con puerto comprado, exclusivo,
gente de alta cuna y otra de baja cama,
pobres y ricos, diferencias… sociales.
Háblenme de las mesas repletas,
de los excesos de los tiempos de siempre…
mejor no, más bien de las miserias,
de los colegios cerrando comedores.
Cuánto llenarse la boca de solidaridad,
sin dar de lo mucho que tienes
e incluso poco de lo que te sobra…
Hablemos de las fundaciones, o pseudo,
de aquellas que desvían las hambres
a las panzas llenas de hipócritas…
Me gustaría empezar una guerra
en contra del hambre
y del que se cree dueño del pan,
que es de todos los hombres…

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