Las brisas lloran lágrimas alegres, acarician con suavidad los afectos.
Las miradas se encuentran al sol, sus miradas son luz, más sol.
Los fríos se piensan, se ausentan, invierno tibio, pardo, sin hielo.
Los dioses se pelean con Zeus como el padre con los hijos rebeldes.
La madre de mi mujer me quiere, es posible que sea bueno, o ella…
La novia vende suspiros de amor en el mar, oye, cierra los ojos.
La niña sueña, el barco no llega aun…
La calle más oscura se ilumina de ruido, la vida invade la sufrida calle.
La señora prisa corre, hace tarde, no madruga, no llega a tiempo… y, después, tiene prisa por irse.
Las natillas me recuerdan a mi madre, y el Actimel también, el Danacol a mi.
Las sandalias no huelen a queso, los pies no cantan y desmayan al prójimo.
La nube va descargando sueños, alguno aterriza confuso, otros cuajan.
Las cosas pasan y los todos también, los sucesos mueren y otros nacen.
Las manos amigas son buena lluvia, me moja con extrema suavidad…
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