dimarts, 25 de febrer del 2014
Ilusiones y esperanzas
No sé por qué me circulan, entre sonrisas, las ilusiones y las esperanzas de los logros. Aquel equipo de menos potencial aparente que un día le entra todo y vence poderoso. La afición hace la ola y explota de placer, se nota la falta de costumbre, se extasía… Y, con la victoria, a soñar, vamos hacia arriba, y a instalarse en aquella esperanza que llena y que nunca perdimos en las vacas flacas. He puesto este ejemplo futbolista que domino, pero me recreo en las ilusiones y esperanzas. Qué sería una vida sin objetivos viables, donde la constancia en el esfuerzo diario nos mantiene en la actividad positiva y firme… Siempre pienso que es un estado de felicidad, lo es toda esperanza ilusionada y consciente… quiero decir, sin ser utópica, por supuesto.
Hay quien piensa que le puede tocar el gordo sin comprar el décimo, o estudiantes que pretenden aprobar sin estudiar ni pizca. Siempre hay ilusos que sueñan tortillas, pero a mi me emocionan los ojos brillantes de la niña correspondida, del chico bueno que, en edad de merecer, merece luz. Me siguen embelleciendo los espíritus, las aspiraciones nobles, los esfuerzos firmes, el que ahorra para el nido, el que estudia, el que crea, el que rinde, el que sueña feliz. Uno es feliz con la esperanza de crear adeptos ilusionados. ¿Nos tomamos unas sonrisas con un vino?
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Hermoso. Y muy cierto.
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