Vamos a pie

Mi santa está mejor del hombro, aunque aun la abrocho y no conduce… yo tampoco, desde hace unos años. Vamos andando por la ciudad y bien, incluso a veces cogidos de la mano, mayormente del brazo, del bueno… Interesante observar la calle concurrida y sus variadas curiosidades variopintas. Cosas que siempre han estado allí y parece que, al pasearlas en paz, las veas, con sorpresa, por primera vez. Un árbol multitroncal, salido de raíces, precede la entrada del Parc Central. Evidentemente, estamos en Tarragona, afortunadamente. La Imperial Tarraco es cada día más bella, más romana y más mediterránea y nostálgica, entrañable, acogedora, patria del amor… Las gentes pasean, algunos, otros vuelan poseídos, espiritados, llegan tarde… ya se sabe, algunos siempre tienen tiempo. Hemos visto tiendas, normalmente no me coge, pero hoy nos hemos espaciado, sin control de tiempos, tomamos tentempié de a dos y terraza… Y, al volver, he dejado caer mi mano, como hacía antes, hacia las partes nobles, donde la espalda pierde su nombre… La Teresa la controla y la sube… nos reímos, vamos a pie por la ciudad, un placer.