Besos

Hoy acudí a mi almacén de besos…
allí estaban los que no di por miedo,
los pocos que me devolvieron, inútiles,
los robados, los de reserva calidad
para los grandes momentos de verdad.
Los besos me besan y me buscan,
parecen los peces de mi pecera de amores.
Unos piden salir obedeciendo emociones,
otros se quejan de no haber salido a tiempo.
También los hay que marcaron estilo,
proclamaban silencios a voces profundas.
Una minoría de aquellos que ahogaban,
perfectos conductores de bacterias sanas
y las llamadas sustancias desinfectantes,
también se personaron en el saludo afectivo.
Belleza, unos flotan limpios, con suavidad,
son besos de madre, de alma, sin precio…
Parecidos y de la mano, los de los hijos…
Todos son besos, menos el de Judas,
los demás tienen base de amor y formas
y fuerzas y destinos y ansias
y suspiros y fiesta… correspondencia.
En mi almacén de besos, preciado tesoro,
los tiernos, los dulces, comen a parte.
Mirando bien, mis besos fugaces
también se llevaron algunos labios…
mis preciados labios que, al fin, mordí…
con extrema suavidad y máxima ternura.