divendres, 3 d’octubre del 2014

Rubén Darío

Hoy pienso en las princesas tristes que habitan el mundo con razones, más o menos, lógicas, ciertas… Rubén Darío lo plasmó así de bonito:

"La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave de oro;
y en un vaso olvidado se desmaya una flor."

El poeta que anunció la espada, con vivo reflejo, muestra la ternura del declive. Y, en un vaso, olvidada, se desmaya una flor…

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