divendres, 31 d’octubre del 2014

Allá donde nació la vida

Ya no hay flores ni verano,
y el arrozal vuelve a ser lago
donde se mira la luna y juegan las gaviotas.
El otoño se contempla exhausto,
con hojas en caída libre, sin control.
Los racimos son recuerdo, vino a sorbos,
y la vida, un tiempo en margen...
para otear los horizontes y los pasados.
Llega el invierno y pasa y deja blancos de nieve
que la brisa tímida transporta en fríos,
por entre las sienes plateadas del progreso.
Y uno se apea de los ritmos, y busca
por entre los buenos días de las otras estaciones,
mirando con nostalgia a la diosa primavera
…donde nació la vida.

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