Los tractores arrastran ruedas de hierro
y pisan los arrozales recién segados.
El Delta huele a cieno y podredumbre…
a mi me gusta, forma parte del paisaje,
como los pájaros, ánades, gaviotas,
fochas, gallinas de agua, martinetes,
buscando pececillos y gusanos
en los yermos turbios
que la máquina remueve y renueva…
Otro día en el Delta, con Pere y Lucca,
a cual más sensación de plenitud…
mi hijo porque suena a verdad y luz,
y Lucca porque suena a premio,
a ternura, a aporte de sensibilidad…
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