Capté los ecos del recuerdo y vi el antes, donde habitaban mis vivencias… Fue un paseo nocturno, solo, pausado… Aquí vivían los padres de mi amigo Abel; delante, los comestibles de Laureano, con su característica voz melosa; cerca, la carnicería de "Verio", personaje con una cuerda de conversación interminable… también por allí, tenía una tienda, de variedades comestibles y otras cosas, un señor cojo, pero con una vitalidad que se hacía merecedor de la visita. Un todo de casas y vecinos que ya no están… Los tuve en la memoria, con placer agradable, y se me soltó alguna sonrisa agradecida. Fue un paseo nocturno, nostálgico, placentero.
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