Vi llegar la barca, era un poco tarde, parecía cargada. Llegó lenta y segura, acompañada de un sinfín de gaviotas que la esperaban con los picos abiertos, entonando bellos agudos de agradecimiento. Nada que ver, pero el espectáculo me ha hacho pensar en el Delta, donde los tractores con ruedas de hierro pisan los rastrojos de los arrozales, acompañados también por multitud de las aves propias del lugar. El espectáculo del revuelo de las aladas es magnífico en ambos casos, pero la diferencia estriba en la mayor variedad de aves que puedes observar en el Delta de l'Ebre.
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