Ya empezaron las mañanas frías, que resfrían,
y después regenera el día.
Siembran la duda en la ropa y en la hora
para salir de marcha peripateante,
o en bici, de moderado relajante.
Es un tiempo indefinido y sorpresivo,
donde ya funcionan los horarios laborales
los colegios, y la vida se amolda
a la pluralidad de las inclemencias.
Son tiempos donde las narices pican,
las gargantas tosen, los ojos licuan,
la cabeza se espesa y, si hay fiebre…
entonces se llama gripe.
Habrá que vacunarse, por prevenir…
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