dimecres, 8 d’octubre del 2014

¡Café!

La vi bajar entre el humo de un café,
y regresé al origen cuando, entre mesa y temple,
aroma y principios de las mejores voluntades,
iniciamos la fiesta.
Cuántos cafés tienen la culpa o la gracia
de la culminación de los encuentros del destino…
Hablamos, el café nos cubre, tomamos café,
hablamos y nos decimos, entre aromas,
nos aromatizamos por los diálogos
y, entre el gusto cálido del encuentro,
la paz de lo ameno, directo y certero,
te suelto un enlace de abrazo sincero.
Se cruzaron las sonrisas y una mano caída…
El café hizo el resto… ¡café!

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