dijous, 9 d’octubre del 2014

Duda

Desierto está el jardín. De su tardanza
no adivino el motivo. El tiempo avanza.
Duda tenaz, no turbes mi reposo;
comienza a vacilar mi confianza,
el miedo me hace ser supersticioso.

Cómo asustado el pensamiento vuela
Si aparece, al llegar, en la cancela,
será que es fiel; Si acude a nuestra cita
por el postigo, entonces no recela
mi amor en vano...¡Dios no lo permita!

Huye, duda; del alma te destierro.
Por la cancela del dorado hierro
vendrá... Pero, Señor, ¿qué la detiene?
Sus pasos oigo ya. ¡Los ojos cierro
que no quiero saber por dónde viene!

Ricardo Gil (1855 - 19078)

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