Santa Teresa

Hoy es el santo de mi santa, ella labora en su día, vence, templa…

Llega ardua deshaciendo entuertos… ¿Dónde estabas? No te vi...,

preguntas viéndome pausado, a la espera.

Nos vemos, nos vamos, a dos…

Y es que contigo aparece la magia y la solución hasta de lo irreversible.

Eres práctica y natural y genio. En ti afloran los reversos de lo inaudito.

Tú eres el consenso y su oxígeno, aquella presencia que pacifica lo invisible,

aquel aroma que sale del alma de la paz.
"Santa Teresa", me lo pido… o sea, pongan una Teresa en su vida, otra claro.

El barrio nos regala un silencio acogedor, el sofá un aprecio ilimitado.

Antes, el restaurante Ca L'Amadeu fue la base

y, en su delicia natural, hizo magia con la felicidad expuesta.

Hoy no pienso en los plazos ni en los alargues, sólo existe hoy, y tú y yo cerca,

y después, sólo después, el mar de azulados verdes con rosa blanca.

Después, sólo después, el sendero, pisando hojas muertas… de ensueño.

Quizá también, pétalos de flores, como los lanzados en las armonías…

Hoy es el santo… de mi santa… esposa.