cerca de las azucenas azuladas
y a tocar de los jazmines con pretensión de violetas,
para ver si asoma tu perfume inconfundible
entre las músicas de los aromas circundantes.
Seguro que pasas, allá por el despuntar del sol,
haciendo de mi cielo pura luz de mi existencia,
y, en su defecto, serás posible en un atardecer...
de rojos pálidos que acarician las montañas lejanas,
y mis profundos interiores…
Soñar contigo, pensarte, es simplemente...
vivir en el jardín de todas las delicias.
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