Y bajando, bajando... la Plaza de los Carros, con su estatua de temática romana y con paloma descansando en su cabeza. En el rincón de siempre, los jubilados con sus sillas de ruedas y sus esforzadas cuidadoras, que parecen gritar más que las señoras, aun no estando sordas. Hoy parecen tener una merienda comunitaria, diría que es pan con Nocilla, o algún unte parecido... a más de uno se le salen los ojos y hacen fiesta. Siempre pienso, que este es un lugar de convivencia, que les conforta, quizá, el chocolate, el buen trato cariñoso y afectivo, o algún complemento semejante. Hagan el resto…
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