divendres, 22 d’abril del 2016

Que las rosas aprendan de ti


Lo peor que me puede pasar
es que lo dé por hecho, conseguido,
plasmado, proclamado, finito…
El amor hay que plantarlo cada día,
regarlo, podarlo...
por si alguna interferencia
osa interrumpir la paz de la aldea,
hay que cobijarlo de los vientos,
más allá de las brisas
que traen restos de hojas
que se resisten a fenecer.
No te arrancaré una rosa del jardín,
pero te llevaré al jardín
para que te vean las rosas... y aprendan.

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