Alguna vez algún amigo, o eso creías que era, te proclama su indiferencia y desaparece, sin disimulo, de tus proximidades que, como mínimo, considerabas respetuosas. Suelen ser gente escrupulosa, posiblemente íntegra, que quizá actúa de manera inconsciente, pero que no desconoce aquello de que no son los sanos los que necesitan médico, por eso, con mis respetos, mis dudas, y en mis dudas, pues... quizá no tantos respetos, aunque me resulta, casi imposible, no respetar. Dios dijo que nos amásemos, no dijo que nos amasemos, ¿verdad que sí?
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada