Una calle con farolas... anochece.
Desde la ventana, unas tenues luces...
traspasan las copas de los espesos olmos,
y unos ruidos chirriantes
recuerdan antiguos carruajes
de atractivos caballos voladores.
El ruido es de un tranvía lejano,
ahora sólo circula el silencio,
son suspiros de paseos cercanos,
nostalgias de tacones y garbeos,
lamentos de melenas al viento,
en vuelo corto, rizando rizos…
Por la ventana notas que se calentó el aire,
que la tarde fue intensa,
y vuelan deseos de mañanas en júbilo…
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