dissabte, 23 d’abril del 2016

Allá donde vayas...

Amigo Eolo, mándame una brisa...
que mueva sus rizos del color del trigo.
Vulcano, señor del agosto,
mándame unas lenguas de fuego,
compañeras del sol,
que le lleven a la playa,
y allí, con un café, aunque sea frío,
vivir la visión plena del encuentro.
Y si llueve, que sea sin truenos,
ni luces de malicias en tempestad,
y el agua fina le sepa a rocíos y a brillos,
y yo pueda extasiarme…
con la plasmación real de mis sueños.
Y allá donde vaya, que le acaricien...
todos los pétalos de las rosas blancas
y alguna ingerencia de orquídea.

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