Se acabó el tiempo de las hojas muertas,
de los suelos de los bosques sucios,
de los cielos violáceos...
captando sin mucho gusto,
el descuido humano y el natural.
Pronto, la gente vendrá
a perderse por estos andurriales,
entre hojas vivas y brotes tiernos
de ramajes en edad de merecer,
un florido de agradecimiento.
El banco estratégico donde, quizá,
algún pájaro cantor...
le habrá dejado un mensaje maloliente,
y la fuente, siempre como vida, que brota...
de una roca sabia y generosa, al rescate.
Buenos tiempos para renacer
y vivir en plenitud nuestros presentes...
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