Y cuando las noches son fantásticas
y las mañanas mucho mejor,
y empiezan los días...
con vivos reflejos de sonrisas...
que se escapan del contexto
y no importa que proclamen también,
igual que lo hacen tus ojos
de gacela en celo y bien servida,
que la vida es bella...
cuando el amor se complace y recrea,
y hace de la convivencia un remanso de paz
para una existencia plácida,
plagada de lo que se ha dado a bien llamar...
¡felicidad!
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