Teresa y yo nos deslizamos...
por la suavidad de la experiencia,
como media cáscara de nuez que...
en la bañera, hace las delicias del niño,
como un experto surfista en maravillas
que las olas transportan a capricho,
o como una barquita sin remos
que pasea soledades de la mano...
En todos los casos se proclama
sensación de plenitud y paz...
Nosotros nos decimos sí, a todo y más,
estaría bien, lo que tu digas, amén...
A nosotros, ya nos llueve la justicia
y gozamos del placer de deslizarnos
por la caída libre de las olas,
y vernos luego,como no, de la mano,
exultantes de amor, por los firmes deslizantes.
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