Después del ayer, el hoy cotidiano...
mi mar de río y bosque, cercano,
amigos, tu me cuentas yo te explico...
bella Catalunya de lugares insólitos,
de tradiciones exquisitas, playas,
monumentos históricos, comidas únicas.
He ido a desayunar, tranquilo,
a una "Sant Vicenç", cerca de mi casa,
un panecillo de semillas con atún,
una caña pequeña y un café corto,
y después, paseo por el puerto,
a las doce, quizá una Xarxa,
con vino y amigos del alma...
La vida sigue, con un precioso día a día.
Tarragona es también un bello remanso de paz.
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